jueves, 12 de febrero de 2009

PROYECTOS / Mural Estampado / García(s)-Córdoba

El día de la inauguración

El medio expresivo para realizar el mural: dibujar con taladro

íconos utilizados: la bicisenda

íconos utilizados: caída de objetos


El proceso de realización: Mario Córdoba


El proceso de realización: Juliana y Andrea García


 
"Mural Estampado": Ojos para un recorrido cotidiano

por Luna de la Cruz


 

El mural surgió de un peculiar recorrido por el espacio de la Universidad. Uno posible entre tantos otros.
Juliana, Andrea y Mario comenzaron a caminar por lugares bastante ajenos a ellos mismos. Transitaron las facultades, los caminos de cemento, los atajos desobedientes, los pasillos, los recovecos entre los edificios, las plantas bajas y altas, los subsuelos, las aulas y los depósitos. Se encontraron con algunos murales inscriptos en distintas paredes, los registraron cuidadosamente. Para nosotros son lugares familiares, los murales se funden a un paisaje tan naturalizado que pasan desapercibidos. Me sorprendí cuando los chicos hicieron referencia al mural ubicado al lado de la biblioteca. Todos los días la visito, pero no recordaba ninguno. Suponiéndome engañada corrí al supuesto mural. Estaba allí mismo, siempre había estado, y lo sabía, sin embargo no estaba registrada su imagen en mi memoria.

En su paseo los chicos se tropezaron con otras imágenes que habitan el transitar de la gente por la Universidad. Se encontraron con íconos plasmados en carteles indicadores: el que señala la parada de colectivo, el que indica si un baño es para mujeres o para hombres, el que previene sobre lo peligroso de cruzar frente a una construcción… A diferencia de los murales, estas imágenes no tienen la categoría de “artísticas”, y su función “indicadora” nos parece obvia e incuestionable. Estos dos grupos de imágenes de estatutos diferentes pasan a ser parte del paisaje de nuestro camino. No nos preguntamos nada sobre ellas, generalmente ni las miramos.

Juliana, Andrea y Mario decidieron incomodarnos en la seguridad de nuestro deambular habitual y trastocar los sentidos naturalizados con los que percibimos y no percibimos estas imágenes cotidianas. Sumando una trasgresión más, tomaron la estadística, justamente en el lugar donde pareciera que todo debe ser medido, cuantificado y verificado, y jugaron con ella. Se instalaron unos días en el predio para interceptar a estudiantes, profesores, PAU, y pedirles que elijan entre 8 de esos íconos. Explicaban que los íconos, en relación porcentual a las elecciones, formarían parte de un mural a realizarse en una pared del edificio. Más allá de las diversas respuestas, este extraño encuentro produjo dos cosas en los transeúntes: revivir imágenes fosilizadas en la naturalización del espacio cotidiano, permitiendo registrarlas. Y problematizar el estatuto de aquello que comúnmente consideramos “arte”.

Finalmente, el mismo mural resucita imágenes olvidadas en el mirar-no mirar rutinario y nos interroga acerca de lo que es arte. Una pregunta se imponía en las encuestas ¿qué tienen que ver estas imágenes con el “arte”?. Es la que nos desafía cuando nos cruzamos con el mural.









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